“Tertulia, sábado 5 de noviembre de 2005

“Y por si acaso, mis penas
pueden aliviarte en parte,
óyelas atento, y toma
las que dellas me sobraren.
Yo soy … “

La lectura de la vida es sueño se nos presenta como un difícil viaje a tierras lejanas.

Hipogrifo violento,
que corriste parejas con el viento,
¿dónde, rayo sin llama,
pájaro sin matiz, pez sin escama,
y bruto sin instinto
natural, al confuso laberinto
desas desnudas peñas
te desbocas, te arrastras y despeñas?

El equipaje parece pesado, entre la dificultad del verso y de leer teatro. El paisaje: desconocido, nos adentramos en el barroco español de hace casi cuatrocientos años. Los más de 3000 versos de la obra tejen una intrincada red que atrapa amores entre historias de capa y espada, lecciones de filosofía escolástica e imágenes mitológicas.
Un viaje a los valores y las preocupaciones de otro tiempo: la educación del príncipe, la lealtad, los derechos de sangre, el honor… Un viaje de esos que dan pereza… no importa mucho dejarlo pasar… solo es una colección de imágenes sin mucho sentido. En realidad ¿por qué leer a los clásicos?
Pero entre la hojarasca, aparece un monólogo. Una reflexión en voz alta que esconde una chispa de Verdad. Unas palabras que resuenan dentro.

Yo sueño que estoy aquí,
destas prisiones cargado;
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño;
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.

Una pista que el lector atento del libro dormido no puede dejar pasar. Una provocación irresistible para tratar de ir más allá del verso florido. Una invitación a persistir y no dejar pasar, a querer buscar un sentido.
Y siguiendo el hilo, y cavilando, podríamos pensar que tal vez no estamos tan lejos de esas preocupaciones barrocas. Porque hoy también hablamos de príncipes de descuidada formación, de mujeres ( y hombres) en busca de su propia identidad, de compromisos que se rompen, de traidores, del destino escrito en las estrellas, incluso seguimos hablando del heredero al trono …
Los personajes son un pequeño elenco de víctimas y verdugos.
Segismundo: Un príncipe que no sabe que lo es. Un hombre encadenado desde su nacimiento en una torre oscura, sin haber conocido otra situación, sin más contacto con el mundo que el que le ofrece su carcelero. Un reflejo casi literal del más conocido de los mitos platónicos.

¿y teniendo yo más alma,
tengo menos libertad?

Rosaura: Una mujer noble sin honor. Una dama de ánimo viril, que portando una vieja espada exige el cumplimiento de una promesa.
Basilio: Un rey asustadizo, o tal vez prudente, que queriendo liberar a su pueblo de un tirano se convierte el mismo en un tirano.
Astolfo y Estrella: Simplemente, un príncipe y una princesa.
Clotaldo: Un carcelero, un servidor leal, un padre que abandona a una hija…

La máscara de las contradicciones disfraza a todos los personajes. No es fácil distinguir a las víctimas y a los verdugos en todo este juego de apariencias donde el deber y la búsqueda de la verdad se entretejen. Donde las luces y las sombras esconden a cada uno la misma pregunta ¿quién eres?
¿Qué distancia nos separa de esa visión de la vida como un sueño teñido de pesimismo barroco? Casi cuatrocientos años después seguimos dándole vueltas a lo mismo, a los mismos temas: la libertad, el destino, los sueños,… ¿qué es lo real?
Acaso la vida no sigue pareciéndose mucho a un teatro de luces y sombras, de sueños …

La vida no es más que un sueño

Un humilde sirviente al que su amo sobrecargaba de trabajo. Cada noche, caía profundamente dormido a causa del cansancio y soñaba que era un señor que dominaba un vasto reino y que disponía de todas las riquezas y los goces que deseaba. A pesar de lo dura que era su existencia, el sirviente era feliz. Cuando le preguntaban cómo era posible que encontrara dicha en una vida tan desgraciada, él respondía “Aunque mis horas de vigilia son de fatigas e incomodidades, ¡paso la mitad de mi vida dormido y rodeado de dicha abundante!”.
Mientras tanto, su amo pasaba sus horas de vigilia preocupado por sus propiedades y por la administración de su riqueza. También él, por la noche, caía rendido de cansancio, pero soñaba que era un esclavo sometido a duros trabajos y fatigas. Un amigo le advirtió que sus sueños negativos eran el equilibrio del destino por tratar su sirviente con tanta crueldad. Reconociendo la verdad que encerraban sus palabras, el amo liberó al sirviente de algunas de sus cargas y dejó de preocuparse tanto por sus asuntos personales. Sus sueños y sus horas de vigilia empezaron a ser más agradables y plenos.

Elena

Me gusto

La lucha del hombre contra su imaginario destino y la superación de los condicionamientos con los que entramos en la vida son los ejes de "la vida es sueño".
A través de temas, que desde que recuerde siempre han existido en la condición y relaciones humanas, como la predestinación, el poder, el amor y el odio, la venganza y el perdón, nos lleva en un viaje por las batallas internas de los personajes y como estas producen otras batallas externas entre ellos. Nos hace pensar en como los sueños (en la más amplia concepción de la palabra) son los catalizadores de nuestras vidas; los que les dan sentido, dirección y acción.
Sin duda alguna es recomendable su lectura, aun no siendo demasiado fácil de entender a la primera algunas líneas de una obra escrita en verso para ser representada.
Y por supuesto, la esencia del autor no deja algunas perlas de sabiduría que, tanto en su tiempo como en la actualidad, nos sirven para la reflexión y el dominio. Os muestro algunas de las que encontré: ", que vivir solo es soñar;/ y la experiencia me enseña/ que el hombre que vive, sueña/ lo que es, hasta despertar." ; "porque una persona sola/ con locuras se divierte;" ; "fue porque ignoré quién era;/ pero ya informado estoy/ de quién soy y sé que soy/ un compuesto de hombre y fiera."; "la fortuna no se vence/ con injusticia y venganza,/ porque antes se incita más;/ y así, quien vencer aguardar/ a su fortuna, a de ser/ con prudencia y con templanza."

Serafín

Si quieres añadir algún comentario
o alguna cita que quieras destacar envíanosla a
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

“Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.”