Charla coloquio 24 de febrero, 20:00 h.

Vamos a abordar en esta charla, un tema de mucha actualidad: “La economía circular”. En los últimos años nos hemos acostumbrado a escuchar en los medios de comunicación, y a nuestros dirigentes políticos, términos como “…economía sostenible, economía circular, crecimiento sostenible, transporte sostenible, energías sostenibles…”, pero, ¿qué significan realmente estos términos?, ¿o, son palabras vacías de contenido?

El primer escrito institucional en el que apareció el término desarrollo sostenible, fue el informe elaborado en 1987 por Naciones Unidas, dentro de una comisión encabezada por la doctora Gro Harlem Brundtland y titulado “Nuestro Futuro Común”. La ONU define la economía sostenible de la siguiente forma: “se entiende por economía sostenible un patrón de crecimiento que concilie el desarrollo económico, social y ambiental en una economía productiva y competitiva, que favorezca el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades y la cohesión social, y que garantice el respeto ambiental y el uso racional de los recursos naturales, de forma que permita satisfacer las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras para atender sus propias necesidades”.

Unos años después, este estudio se concretó en 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta la lucha contra el cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades. Incluso en nuestro país, estos objetivos dieron lugar a la Ley de Economía Sostenible (LES), publicada en el BOE el 5 de marzo de 2011.

Creo que es evidente el fracaso de los modelos económicos vigentes, por eso está bien, y es necesario, que nos propongamos modelos alternativos a los actuales. La pobreza, el hambre, la desigualdad…, están cada vez más extendidas, por eso es necesario reunir fuerzas para solucionar esta situación. Por ello, toda propuesta que mejore está situación es necesaria.

De todas formas, los plazos en los que se desenvuelven estas propuestas son muy amplios, hablamos de propuestas que nos proponen mejorías para el año 2050. Entonces, ¿qué podemos hacer ahora? Está bien, muy bien que nos preocupemos del futuro de nuestros hijos y nietos, pero también es necesario preocuparse del presente inmediato. Y una actuación que podemos hacer de un día para otro, es promover un comportamiento ético por parte de todos los agentes económicos; qué en realidad somos todos los ciudadanos.

La meta de la economía, no puede ser la búsqueda constante del incremento de los beneficios, meta que, si nos paramos a pensar, es imposible de alcanzar; el crecimiento de la economía no puede ser infinitamente ascendente. Lo que si podemos conseguir, es que en el centro de la economía, esté la dignidad de los seres humanos, y el respeto por la naturaleza en su conjunto.

Tenemos que comprender que por el hecho de habitar en este planeta, no tenemos derecho a reclamarle todos sus recursos; es necesario que tomemos conciencia de la cantidad de cosas que consumimos y realmente no necesitamos.

Sin responsabilidad de todos nuestros actos, no hay una auténtica libertad.