Los símbolos en las artes marciales.

Las consideradas artes marciales tradicionales se encuentran actualmente en una situación francamente difícil. Cada vez más cuestionadas, se enfrentan, por un lado, a las consecuencias de su transformación en disciplinas deportivas, y por otro, a su valoración como sistemas de defensa personal, cuando no son comparadas con los espectáculos de lucha cada vez más brutales y violentos. Se olvida así aquello que constituye su rasgo esencial y que ha permitido transformar tradiciones y conocimientos surgidos en la experiencia marcial, en un sistema de educación humana y una vía de expresión de las necesidades éticas y estéticas, e incluso espirituales, que conforman la naturaleza propiamente humana.

Esta no es una situación muy distinta a la que se enfrenta hoy cualquier expresión cultural o humanista. El arte, la ciencia e incluso la espiritualidad son sometidas al juicio del utilitarismo, cuando no a los criterios del espectáculo o el entretenimiento y su mercantilización. Sin embargo, si hablamos de “artes” marciales, lo hacemos en la medida en que constituyen una vía de expresión del alma humana y de la necesidad que todo ser humano tiene de conocerse y dominarse a sí mismo. Todo arte, y las artes marciales no son una excepción, son un proceso de transformación por el que, a través de una disciplina, desarrollamos un lenguaje que nos permite expresar el aspecto íntimo de la naturaleza, sus leyes y principios que revelan siempre un principio de armonía, de sentido y dirección (Do) y que por ello mismo producen en quien lo experimenta un proceso de integración con el sentido profundo de la vida.

Ese lenguaje es un lenguaje simbólico, en el que las cosas no son solo lo que son en su forma o expresión, sino lo son en cuanto lo que representan, lo que expresan, lo que contienen. Así las técnicas marciales no se valoran por un principio de efectividad, entendida esta como la consecución de un resultado, sino en relación a su fidelidad a los principios que las inspiran y que no solo deben ser comprendidos, sino sobre todo expresados en la acción. La efectividad no es un objetivo, es solo una consecuencia y cuanto más, un medio de constatación.

Así las artes marciales tradicionales son en si mismas un símbolo, una forma ritualizada en el que la técnica es una forma de expresión y por lo tanto un símbolo, de los principios que rigen la acción y cuyos modelos se encuentran en la naturaleza. Por eso en el corazón de las artes marciales encontramos los símbolos, algunos más abstractos como el concepto de centro o los cinco elementos y otros más concretos y evidentes como los animales que representan cualidades físicas y psíquicas.

Nos acercaremos pues en esta charla al lenguaje simbólico en las artes marciales, conscientes de que su cultivo avivará en nosotros el amor por unas disciplinas en la que la mayor victoria es siempre acompasar nuestra acción al ritmo de la naturaleza.

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